Alonso Juanes: Abogado converso al que Rojas acude en busca de consejo.
Doña Luisa de Medrano: Hija de Diego López de Medrano, pertenece a uno de los linajes más importantes de Soria. Su hermano Luis acude al Estudio.
Doña Aldonza Rodríguez de Monroy: Joven de buena familia y nieta de María La Brava, del bando salmantino de Santo Tomé. Amiga de Luisa de Medrano.
Isabel la Católica: Mujer de determinación poderosa que reinó por estos lares junto con su esposo Fernando desde 1474 a 1504.
Fray Juan de Sahagún: Agustino fallecido en 1479, al que se le atribuyen numerosos milagros. Su recuerdo perdura en la Salamanca de entonces y en la de hoy.
Fray Jerónimo: Extraño profeta, discípulo de Fray Juan de Sahagún.
Fray Juan de Santamaría: sustituto de Fray Tomás de Santo Domingo
Sabela: Joven ramera que mantiene una relación intermitente con Fernando de Rojas.
A modo de Dramatis personae
Son todos los que están, pero no están todos los que son. Galería de personajes que habremos de completar con la lectura atenta de la obra. Porque hay una plétora de secundarios cuyo papel es principal.
Fernando de Rojas: Joven estudiante de Leyes del Colegio salmantino de San Bartolomé, inquieto y valiente. Pesquisidor de la Universidad por la fama conseguida en El manuscrito de piedra.
Fray Antonio de Zamora: Fraile dominico, gran amigo de Fernando de Rojas. Es el herbolario del convento de San Esteban.
Lázaro de Tormes: Joven muchacho, hijo de una posadera, analfabeto y travieso pero muy despierto.
Don Pedro Suárez: Maestrescuela de la de la Universidad. Nombra a Fernando pesquisidor de la Universidad.
Fray Germán de Benavente: Fraile franciscano, jubilado y retirado de su cátedra, profundo conocedor de las ciencias ocultas y gran aficionado a la biblioteconomía. Otro buen amigo de Fernando de Rojas.
