P. La Celestina en tratos con el Maligno… Sí que parece una divertida (pero enjundiosa) relectura de uno de nuestros clásicos…
R. Uno de los componentes fundamentales de la novela es la ironía y el humor. Sólo así pueden conciliarse elementos tan diversos como los que hemos ido mencionando. Uno de los rasgos definidores de los textos clásicos es que nunca cesan de generar lecturas e inspirar ficciones. La Celestina siempre dio mucho juego literario, y si no que se lo pregunten a sus muchos continuadores e imitadores. En este caso, yo he desplazado el foco desde el personaje hasta su creador. Los clásicos son un buen asidero en tiempos de crisis. Los únicos valores firmes que tenemos.
De la entrevista de Manuel de La Fuente para ABC,
17 de noviembre de 2008
P. ¿Qué cree que diría Claudio Rodríguez si leyera El manuscrito de piedra?
R. También yo me lo he preguntado alguna vez. Casualmente, el otro día me llamó su viuda, Clara Miranda, con la que tengo una gran amistad, para comunicarme que había leído la novela casi de un tirón y para decirme que a Claudio le habría encantado (hay que tener en cuenta que Claudio era muy generoso y yo era para él como un hijo adoptivo). Dada la complicidad que había entre nosotros, seguramente se habría sentido muy atraído por la trama, el escenario y los personajes. Pero tal vez lo que más le habría gustado es la mezcla de vida y cultura, la exaltación, por ejemplo, del vino y la amistad y la reivindicación de la cultura clásica. Ojalá aún estuviera aquí.
P. Si le ofrecieran la oportunidad de viajar en el tiempo para conocer a Fernando de Rojas y formularle una única pregunta, ¿cuál sería?
R. De hecho, ya lo hice, a través de la güija. Le pregunté que cómo había llegado a escribir La Celestina. La respuesta está en la novela.
De la entrevista de Care Santos para latormentaenunvaso.com,
25 de diciembre de 2008
P. Si bien hay elementos de ficción, hay otros muy reales y verídicos, como la Cueva de Salamanca... ¿Qué cree que ha aportado al conocimiento o desconocimiento de Fernando de Rojas, y por extensión de La Celestina?
R. En El manuscrito de piedra, he mezclado elementos reales y elementos ficticios, elementos históricos y elementos legendarios, la Salamanca visible y la Salamanca invisible, oculta y subterránea, en un todo coherente y verosímil. Aparte de otras muchas cosas, mi novela pretende ser un homenaje a la literatura española y, en concreto, a una de sus grandes figuras. Para algunos lectores, puede ser un puente tendido hacia una obra y hacia una época que a lo mejor tenía olvidada o que nunca había visitado. Cuando un lector me dice que se lo ha pasado muy bien con mi novela y que ha aprendido mucho y que, además, ha vuelto a leer La Celestina (o la ha leído por primera vez), yo me digo para mí: he cumplido, pues siento que le he devuelto a la literatura una pizca de lo mucho que la literatura me ha dado a mí.
De la entrevista de Luis García Fernández para Literaturas.com,
11 de septiembre de 2009
P. Tú eres profesor de la Universidad de Salamanca. ¿De qué manera está presente la Universidad de finales del XV en tu novela?
R. El manuscrito de piedra tiene mucho de homenaje a la Universidad de Salamanca, que ahora está a punto de cumplir ya ochocientos años. De hecho, podría definirse también como una novela de campus de época. En aquella época, era una de las tres Universidades más importantes de la cristiandad, junto a las de París, Oxford y Bolonia, y a ella acudían estudiantes y profesores de todas partes, por lo que era un hervidero de saberes y conflictos. Concretamente, en el Colegio de San Bartolomé, que es donde he situado a Fernando de Rojas, se formaba la élite de entonces; de allí salían todas las grandes figuras de la Iglesia, de la Universidad y de la administración de los Reyes Católicos. Entonces, como hoy, eran frecuentes las luchas de poder y los enfrentamientos por las cátedras.
De la entrevista de Nicolás Miñambres para el suplemento cultural El Filandón, del Diario de León, 15 de noviembre de 2009